Los 'tifosi' a Berlusconi: "Vende a Kaká y vete ya"

El ambiente en el todopoderoso Milan está enrarecido. El pasado domingo, el equipo rossonero jugó el último partido de la temporada en casa y fue superado 2-3 por la Roma de Francesco Totti. Aunque lo más llamativo ocurrió en la ‘Curva Sud’, desde donde asisten a los partidos de San Siro los hinchas más radicales del Milan.

Estos 8.000 ‘tifosi’ cargaron duramente contra el equipo, una semana después de perder sus opciones de conquistar el título, con cánticos contra su capitán, Paolo Maldini, su entrenador, Carlo Ancelotti, y contra el dueño de la entidad y presidente del gobierno italiano, Silvio Berlusconi, a quien le llegaron a pedir, a través de una gran pancarta, que vendiese a Kaká –cuyo destino se acerca cada vez más al Real Madrid- y después se marchara él.

Y es que no fue una derrota más. En lo deportivo significó que los milanistas cayeran a la tercera plaza y se tengan que jugar la clasificación directa a la Liga de Campeones en el duelo que cierra la liga, ante una Fiorentina que marcha cuarta y a la que le vale ganar para adelantar a los lombardos y enviarlos a la fase previa.

Y en lo extradeportivo, el partido contra los romanos servía de homenaje a Maldini, quien tras 901 duelos oficiales con la camiseta rojinegra en 24 años de carrera profesional se retirará tras el partido de Florencia. Pero los ‘tifosi’ no tenían ganas de fiesta, y mucho menos las tuvieron después de presenciar la segunda derrota consecutiva de su equipo.

Los radicales ya no tragan a su presidente. Berlusconi, patrón de la entidad desde hace 26 años, jamás ha vivido una tensión social como la actual. Ahora, se le critica la errática gestión de las últimas temporadas, con un equipo envejecido y con fichajes de estrellas mediáticas que han sido interpretados como auténticos caprichos personales. Este es el caso de Ronaldinho y David Beckham, por ejemplo.

El Milan necesita el dinero de Florentino

Además, la sociedad sufre la crisis económica internacional de manera más aguda que el resto de grandes clubes, después de años de despilfarro. También en Italia, es de dominio público el interés de Florentino Pérez por Kaká, a cambio de una cifra récord en estos tiempos de austeridad (se habla de entre 60 y 70 millones de euros). Por ello, una de las pancartas en contra de Berlusconi rezaba así: “Vende a Kaká para sanear el club y no gastes más tus millones. Querido Berlusconi, gracias por todo y vete ya”.

Los continuos escándalos que ha protagonizado por líos de faldas el presidente italiano también fueron motivo de mofa para la hinchada milanista, llegándole a cantar: “Llevas años comprando jugadores ‘inflados’. Este año, ¿qué comprarás?, ¿a las coristas?”. Aunque en los planes de Don Silvio parece no estar previsto vender el club. De hecho, ya piensa en el nuevo proyecto y en el relevo de Carlo Ancelotti, a quien culpó de perder el Scudetto en favor del Inter, dando por finalizada su etapa al frente de la plantilla milanista.

En ese proceso de regeneración previsto por Berlusconi, cada vez parece más claro que Kaká abandonará el equipo en junio, e incluso los ‘tifosi’ –que en enero se agolparon en la casa del astro brasileño para agradecerle que no aceptara una astronómica oferta del Manchester City- a día de hoy, dan por hecho (e incluso ven con buenos ojos) que lo más normal es que se marche con destino a Madrid, dejando a cambio dinero fresco en las vacías arcas del Milan.

Los radicales aguan la fiesta a Maldini

Más triste fue la agridulce despedida de Maldini, toda una leyenda viva del fútbol mundial. El defensa, que en su dilatada carrera sólo ha defendido la camiseta rossonera y la de su selección, ha mostrado en varias ocasiones su disconformidad con la hinchada radical y el trato que da al equipo, a la vez que siempre se ha quejado en voz alta de los excesos que han cometido.

Y los ‘tifosi’ le respondieron aguándole la fiesta. Le pitaron mientras daba la vuelta de honor al coliseo milanés en su emotiva despedida; mostraron pancartas con lemas como: “Gracias de todas formas, pero has faltado al respeto a quienes te han enriquecido”, o “Franco Baresi, nuestro único capitán”; y le decicaron cánticos en el mismo sentido, acordándose de su predecesor: “Baresi sólo hay uno”. Maldini, que a punto estuvo de contestar a la provocación pero fue parado por su ex compañero y ahora dirigente del club Leonardo, dijo después del desagradable episodio: “Repito que me siento orgulloso de no ser como ellos”.

Menos mal que el resto del estadio –lleno para la ocasión con 71.000 almas- sí estuvo repleto de pancartas de homenaje a su Capitano (alguna, muy ocurrente, decía "Maldini, clónate"), y ovacionó en todo momento al mítico ‘3’ del Milan, agradeciéndole una vida entera dedicada a contribuir a la gloria de uno de los clubes más importantes del mundo, ahora en una evidente crisis institucional.